domingo, 21 de junio de 2009

PLAZA, ARVEJAS Y PELOTAS


Estaban todos. Dieguito con sus primeros Camel 10, Nico dando sus primeros pasos en el Skate y Maxi con su remera de Kiss. El resto andaba juntando monedas para el pool, y yo demostraba mis habilidades en la payana.

La plaza estaba como siempre. Un poco abandonada por la limpieza y con un grupo armando los arcos con mochilas para largar el picado. Nosotros no. A esa altura de la siesta difícilmente tocáramos una pelota, y el calor era la excusa perfecta para disimular la vagancia de mediados de enero.

A nadie le importaba, pero estaba jugando bien. Hacía la lluviecita con 8 piedras. Tiraba siete para arriba, agarraba una, y volvía a atrapar las siete antes de que cayeran. Todo un record personal.

“Nuestra!” gritó uno. La pelota abandonó el picado, y lentamente llegó hasta donde yo estaba. Posiblemente las mujeres no lo sepan, pero devolver una pelota es un momento de mierda para todo hombre. Hay que demostrar en un golpe todas nuestras habilidades. La pelota debe llegar correctamente a destino y no se te ocurra devolverla con la mano. Eso hacen las chicas. Vos, la agarras, levantas la cabeza, y la devolvés. Con el pie.

Es un momento de tensión. Todas las miradas están en vos, aunque no lo demuestren. No hay que tener miedo, hay que ser frío, y hacer lo que te tocó. Tomo la pelota con la tranquilidad que ameritan estos casos. Levanto la cabeza y grito: Va!.

El esférico surca los aires ante la mirada expectante de todos. Diego suelta la última bocanada de humo y Nico levanta el skate. Doña Beatriz lleva 2 bolsas de Americanos y corta camino por la mitad de la cancha para llegar a su casa y poner la pava. La pelota baja como en cámara lenta y Maxi se agarra la cabeza. Las bolsas de Americanos desparraman su contenido donde debería estar el verde césped. El tiempo se paró por un instante en esa plaza, y una lata de arvejas se va por la linea del corner.

Todos corrimos, y Doña Beatriz nunca supo de donde llegó el golpe. Casi 15 años más tarde, le pido disculpas.

6 comentarios:

Cristian J Petri dijo...

jajaja buenisimo, muy bueno. Realmente esas cosas nos pasaban de chicos. Pero que mala leche, esos son los momentos que realmente pasan mas despacio en la viday los recordas para siempre... jaja

gla. dijo...

Hermosos recuerdos que hacen bien...es como destapar la caja de Pandora y empiezan a salir.Me gusto leerte.

LALE dijo...

Jo jooooo excelente Moe!

Es más, me has inspirado a confesar alguna que otro de esos momentos bochornosos, de los que NADIE se salva. Especialmente en la adolescencia jajaja

Saludos!!

il beato dijo...

jajajaja deci que decidias a jugar a la payana jajajaja que grande y es asi tal cual cuando te llega la pelota te crees ronaldinho y terminas siendo ronaldo retirado despues de un carnaval de droga y asado jajaja muy bueno. Ahora que vieja chota por lo menos la pudo haber bajado de pecho y definir de zurda sobre la mochila izquierda, ella cometió el error abrazo messi

Pablo Vottero dijo...

JAJAJA.. GRANDE BEATO QUERIDO!

nando dijo...

No dejas de sorprenderme. Muy bueno. Que feo momento para los que somos malos en el balon pie tener que devolver la pelota.
Te dejo en dato anecdotico: Esa mujer hoy podria ser... la Ari.